El concepto de wellness o bienestar, va más allá de tener todas nuestras
necesidades satisfechas y de sentirse bien físicamente o de gozar de buena salud.
Apunta hacia la capacidad que tenemos como personas de llegar a la
autorrealización y la tan codiciada, felicidad.
Se puede entender como la dinámica y estilo de vida mediante la cual, el
potencial humano es llevado a su máximo en las esferas de lo físico, lo
mental y lo espiritual, las tres esferas que engloban el ser humano.
Cuando estos tres niveles de la esfera humana están en equilibrio se puede llegar a la plenitud de la experiencia humana, pero ¿cómo lo podemos lograr en un mundo tan acelerado y tan bombardeado de estímulos externos y de modelos mediáticos de satisfacción inmediata?
Creer en el wellness puede abrirnos las puertas a una nueva manera de
desarrollar felicidad y disfrutar la vida, pero no hacerlo no nos convierte en
personas alejadas del auténtico bienestar, en este sentido pasa a ser una opción
hacia un estilo de vida y forma de estar en el mundo.
Wellness o Bienestar se entiende como el estado de la persona en el que se le
hace sensible el buen funcionamiento de su actividad física y psicológica (aquí se incluye lo espiritual).
No necesitamos realizar grandes acciones o adquirir grandes cosas para
acercarnos a nuestro bienestar, la idea es tomar conciencia de lo que cada uno
necesita y es capaz de hacer para ir de a poco acercarnos a sentirnos bien en
cada aspecto de nuestra vida.
Un paso a la vez es la mejor forma de ir alcanzando nuestra realización
personal.
Teniendo en cuenta los diferentes ámbitos del ser humano, se pueden distinguir 6 tipos de wellness:
- Físico: Se refiere a la salud física, lo que no implica no padecer enfermedades, si no que también significa que nuestro cuerpo funcione bien, que nos permita existir a nuestra manera. Acá se resalta la posibilidad de nutrir nuestro cuerpo con alimentos y garantizarnos actividad física y acceso a un servicio de salud. Ejemplo: Salir a caminar 15 minutos al día, poner tu música preferida y bailar.
- Emocional: Representa nuestra habilidad para manejar y afrontar nuestros sentimientos y conflictos de manera efectiva. Es decir, ser capaces de expresar lo que sentimos con facilidad y de forma apropiada frente a las personas que nos rodean. Esto implica aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones. Es tratar de tener una actitud positiva frente a la vida y a uno mismo. Ejemplo: cuando estés enojado (a), trata de identificar qué es lo que te enojó y expresarlo en voz alta ya sea a ti mismo (a) o a otra persona, también lo puedes escribir y así te desahogas y no explotas.
- Espiritual: Está relacionado con nuestra creencia en algo superior, que va a depender de la religión que tengamos o nuestra fe por un Ser Superior. A su vez, representa la habilidad para descubrir y articular un propósito personal en la vida. En este pilar se aprende, cómo experimentar el amor, el disfrute, la paz y los logros. Ejemplo: dedica unos minutos a agradecer por tu día antes de dormirte.
- Mental o intelectual: Esto se refiere a nuestra capacidad que discernir y de ser capaces de razonar en pro de lo que es adecuado para nosotros mismos. Es la capacidad de procesar información, clarificar creencias, entender nuevas ideas y aprender nuevas cosas. También implica desarrollar nuestro máximo potencial y de ser capaces de mantener relaciones armónicas con el resto.
- Social: Se refiere nuestra habilidad de interactuar con la comunidad y ambiente, a tener buenas relaciones con los demás. Las personas que tienen problemas en esta área pueden sentirse aisladas, lo que puede producir aislamiento social y padecerá sus consecuencias en salud mental y emocional.
- Laboral: En este caso nos referimos a la posibilidad de explotar nuestras habilidades, talentos y capacidades en favor de la sociedad y en nuestra persona en sí misma. El bienestar laboral está contemplado en las leyes del trabajo de cada país. Reconoce el enriquecimiento y la satisfacción del individuo o grupo a través del trabajo.